Primeros meses con el objetivo Sigma 16mm f1.4
Soy muy fan de los objetivos de 35mm de focal, me vienen genial para sacar en el mismo encuadre a mi mujer y a mi hijo desde más o menos un metro de distancia, con lo que cumplen a la perfección con la fotografía de familia, que es lo que mayormente practico.
He tenido varios objetivos para Micro cuatro tercios con focales parecidas a esta (el Sigma 19mm f2.8 y el pancake Olympus 17mm f2.8) pero el Sigma 16mm f1.4 me llamaba muchísimo la atención. He querido tener un objetivo que me permitiese hacer mejores fotos de noche desde que empecé a disparar en digital y los dos pasos extra de luz de este f1.4 respecto a mi f2.8 me tentaban mucho, sin embargo había dos pegas: es un objetivo grandote y bastante más caro de lo que suelo manejar.
El primer punto se resolvió solo cuando encontré una unidad procedente de demostraciones que Reflecta, importador de Sigma en España, vendía de segunda mano con un buen descuento y un año de garantía. Sin embargo seguía dándole vueltas al problema del tamaño, no sabía si este objetivo resultaría muy descompensado en mi Olympus OM-D E-M5. Lo que me hizo decidirme a comprarlo fue comparar el tamaño de mi cámara más este objetivo con el de la misma cámara con el objetivo Olympus 12-40 f2.8 pro en una de esas webs para comparar tamaños de cámaras online. El tamaño de mi conjunto era sólo un par de milímetros superior y casi del mismo peso, por lo que razoné que, si nadie me había dicho nunca que no comprase el 12-40 para mi cámara (más bien, al contrario), no había motivo para no comprar el Sigma por su tamaño.
Así que este nuevo objetivo se vino a casa, con la idea de que fuese mi objetivo para los viajes: luminoso, con cierto grado de sellado (parece ser que no está megasellado como los de Olympus, pero no debería de haber problema en que le dé la arena de la playa o le caiga algo de lluvia) y con una focal equivalente de 32mm. Al principio esos pocos milímetros de menos supusieron un pequeño problema, pues me costaba pensar el encuadre al meter elementos que con mi Sigma 19mm no habrían salido, pero poco a poco me fui acostumbrando. El desenfoque que se obtiene tirando un retrato a f1.4 es notable, aunque no es un objetivo de retrato. Este objetivo es muy nítido y enfoca muy rápido, lo cuál es un punto a favor a la hora de fotografiar a un niño. Respecto a los otros objetivos de focal parecida que he tenido, diría que los colores que obtiene parecen más naturales.
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